La flor de la pasión, la pasionaria (Passiflora caerulea)
Hoy de nuevo escribimos sobre un género en la que se engloban plantas con una floración muy llamativa. Hoy hablamos de la flor de la pasión.
Flor de la pasión.
El nombre de esta planta se debe al Papa Pablo V, que la llamó así por las similitudes que encontró en la flor con la pasión de Cristo. Y si bien, la más habitual en los jardines de España es la Passiflora caerulea, podemos hacer extensible este nombre común (flor de la pasión) al de muchas plantas de su género. Esta planta está incluso naturalizada en muchos lugares de España. Esta especie se puede conocer como Flor de la pasión azul.
Si bien este es el nombre más habitual, tiene otros nombres comunes: maracuyá, mburukuja, parcha, parchita, chinola o mburucuyá, granadilla púrpura, curuba, calabacito o ceibey.
Es una planta perenne nativa del sur de Sudamérica (Perú, Uruguay, Brasil y Argentina). Si bien en el género hay unas pocas plantas procedentes de Asia Australia y Oceanía. Es de crecimiento muy rápido. Siendo la Passiflora caerulea la más rústica dentro de su género. Ni que decir tiene que es de gran interés dentro de la jardinería por el valor ornamental de su peculiar flor, además de por la coloración de sus frutos. Alcanza los 5m, pudiendo llegar incluso hasta los 10m, de altura. Se cultiva en los litorales de la Península Ibérica, pero también en el interior pues soporta bien el clima de Madrid.
Fruto de la pasión.
Es una planta que tiene propiedades medicinales. Ya los indios americanos usaban la raíz de esta planta para elaborar cataplasmas con las que trataban quemaduras, heridas e inflamaciones. Su flor contiene compuestos que le otorgan propiedades analgésicas, ansiolíticas, y se puede usar como sedante e hipnótico suave, así como aplicarlo para paliar la hipertensión arterial. Una infusión hecha con esta flor puede tener grandes beneficios.
El fruto es comestible. E incluso se cultiva comercialmente la Passiflora edulis (Maracuyá o fruta de la pasión). En el caso de la Passiflora caerulea y otras especies, sólo si está bien maduro, ya que de lo contrario puede ser tóxico y provocar daños en el estómago. Si la dosis es muy elevada puede derivar incluso en inconsciencia y alucinaciones.
Morfología.
Sus hojas son alternas, persistentes, pecioladas, con el limbo profundamente dividido en cinco lóbulos oblongos y casi enteros. La base de cada hoja tiene un zarcillo flagelado enroscado de 5–10 cm de largo, que le permite ir asiéndose a la vegetación de soporte.
Las flores son de aproximadamente 10 cm de diámetro. Son flores que podemos inusuales en su forma. Estas tienen cinco sépalos y pétalos similares en apariencia, blancuzcos, sobre-montados por una corola de filamentos azules o violáceos. Y con 5 estambres verde amarillentos, 3 estigmas purpúreos. Son además muy aromáticas.
Su fruto es una drupa oval de unos 6 cm de largo por 4 cm de diámetro, que contiene numerosas semillas.
Se puede reproducir por semillas o esquejes. Si bien las semillas no perduran mucho.
Condiciones ambientales.
Es una planta que necesita mucha luz.
Son de clima cálido, si bien las especies más rústicas suelen aguantar temperaturas muy bajas (-5/10º). Además, tiene la particularidad de que rebrota en casos de daños.
Prefiere suelos fértiles, húmedos, pero bien drenados. Moderadamente moderados. Y además no demasiado ricos en nitrógeno (a mayor nitrógeno se favorece la formación de hojas no la de flor.
Necesita riego frecuente y abundante durante las épocas de crecimiento y floración. El riego puede ser menos intenso en invierno. Y no es aconsejable regarla en días muy fríos o con heladas.
Se suele podar después de la floración, cortar hasta 2 o 3 yemas los tallos que hayan dado flor.
Valor ornamental.
Con sus características, se cultiva como trepadora ornamental. Dado que es trepadora, se puede usar para cubrir tapias, paredes, verjas, pérgolas, barandillas y arcos. Necesita un soporte, al que se sujeta mediante zarcillos.
Por supuesto su mayor valedor ornamental son sus flores y su disposición en la planta. Una flor efímera, ya que tardan poco en desaparecer ya que no persisten más de un día.
El hecho de que tenga flores muy aromáticas es otro factor que nos puede hacer decantar por esta planta.
El fructificación de coloración anaranjada da un interesante toque de color al jardín.
Como veis la flor de la pasión es una planta a tomar en cuenta para formar parte de nuestro jardín.